jueves, 20 de octubre de 2016

Dificultades del automovilismo. La Carrera Panamericana





A partir del 14 de Octubre hemos tenido oportunidad de contemplar uno de los eventos más fascinantes del mundo automovilístico, me refiero a la Carrera Panamericana, la cual se caracteriza por ser un Rally en México con pilotos y equipos de todo el mundo, pasando por carreteras federales, estatales y secundarias de asfalto, a lo largo de siete días, con un recorrido total aproximado de 3,000 kilómetros, el cual varía dependiendo de la ruta anual. 

Además, otra de las características más impresionantes son las condiciones de los autos que participan, pues esta competencia esta reservada únicamente para automóviles fabricados entre los años de 1940 y 1965, con cierta modernización en aspectos de suspensión y seguridad, donde los automóviles permitidos se dividen en cuatro grupos y nueve categorías.

De modo que si nos acercamos a las demandas que tanto el piloto, como el navegante y equipo de mecánicos enfrentan, nos damos cuenta de la demanda física y psicológica que tienen que enfrentar a lo largo de la travesía por entre 9 y 10 estados de la república en tan solo 7 días, donde la falta de sueño, las continuas exigencias y el riesgo de accidentarse, se tornan en factores cada vez más difíciles de sobrellevar.

Recientemente platicando con el ingeniero responsable de motores para un equipo participante, pudimos percatarnos de lo apremiante del trabajo psicológico en este tipo de deportes y eventos. Por poner un ejemplo, pudimos dilucidar el enorme riesgo que implica la participación para el piloto y el navegante, quienes al transitar por carreteras a más de 250 km, con diferentes relieves, condiciones, curvas con constantes cambios de dificultad, barrancos, etc., tienen que poseer una excelente comunicación, y trabajo en equipo. Confiar en las habilidades de cada uno, para interpretar el camino, guiar, prever y sortear dificultades. Aunado a ello, la enorme responsabilidad que recae en cada uno, pues quien al cometer un error, no ganan una sanción, sino en muchas ocasiones pueden ocasionar que tanto ellos como los otros competidores, pierdan la vida al simplemente estrellarse contra un objeto o caer en el barranco.

Siguiendo esta linea, también pudimos dimensionar la responsabilidad del equipo mecánico para proveer las circunstancias necesarias, los ajustes, el desarrollo de piezas, las refacciones, el cambio de llantas, en general la puesta apunto del auto, donde un ligero error en cualquier área, puede cambiar radicalmente las circunstancias y promover o disminuir la seguridad para aquellos quienes se suben.

Ahora bien, como en cualquier competencia, los errores no dejan de estar presentes, pero bajo estas circunstancias, qué pasa tras repetidos errores. Generalmente viene cierto tipo de superstición, ¿deberé subirme nuevamente?, ¿qué tal si es una señal de que algo más puede pasar?, ¿el carro realmente estará en condiciones adecuadas?,  la confianza disminuye y los miles de pensamientos nocivos respecto a posibles consecuencias no dejan de aparecer, entonces ¿qué decisión tomar?

En el automovilismo suelen decir que tras un accidente, si no te vuelves a subir inmediatamente, difícilmente vuelves a hacerlo. Desde el mundo de la psicología podría bien definirse como estrés postraumático, pero ¿qué pasa si bajo esas condiciones realmente te subes y no cuentas con los recursos para dejar el episodio atrás? Inevitablemente, el resultado no será del todo satisfactorio, porque no existe buena capacidad para enfocarse en lo que se tiene que hacer, viene el miedo, la ansiedad con todos sus cambios fisiológicos y mentales, se limita el movimiento y la capacidad cognitiva para tomar decisiones y seguir una estrategia, sería como profecía autocumplida, efectivamente pasará algo.

De modo que, no podemos dejar de lado la importancia de generar recursos personales y como equipo para pulir aspectos técnicos y tácticos, aprender de los errores, llevar más provisiones, ajustar mejor las piezas, cambiar a materiales más resistentes, y desde luego recursos mentales para enfrentar complicaciones, lidiar con el cansancio adoptando técnicas más efectivas de recuperación, planes atencionales, detención de pensamiento, autoinstrucciones, etc., un sin fin de alternativas de las cuales asirse. 

Ahí esta la mejora, ahí es donde las pequeñas diferencias hacen una gran diferencia, ahí es donde los resultados se logran, no debidos al azar, sino al trabajo y esfuerzo.


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