Este concepto surgió principalmente ante los padecimientos crónico-
degenerativos. Así, se pretendía que los
pacientes se apegarán a su tratamiento, tanto médico, como farmacológico y
nutricional, de modo que pudieran regular su salud y mantenerse en un buen
funcionamiento, aun a pesar de las consecuencias provocadas por la enfermedad.
Sin embargo, el concepto de adherencia se ha ido ampliando y
actualmente se utiliza para evaluar el grado de cumplimiento en cualquier tarea
o actividad. En el deporte, se utiliza también para identificar el grado de
apego a las tareas del entrenamiento o de las actividades complementarias del
mismo (fisioterapia, nutrición, entrenamiento psicológico).
La adherencia es fundamental, ya que el exceso o la falta, impiden que el
plan del entrenamiento se realice como debería y por tanto no se alcancen los
objetivos previstos. Indicadores como la asistencia, puntualidad, trabajar como
exige el plan de entrenamiento y aportar el esfuerzo necesario físico y mental, son aspectos estructurales
donde se observa esta variable.
No obstante y en el menor de los casos, existen deportistas
que presentan excesos de adherencia. Esto contribuye a que los atletas se sobre
esfuercen y no rindan adecuadamente ni en entrenamientos, ni en competencias. Casos
como estos son muy comunes cuando por querer rendir mejor, consumen fármacos ilegales,
realizan sesiones de entrenamiento fuera de las programadas por su entrenador, o
siguen dietas de las cuales no obtienen los nutrimientos necesarios, por ello
el cuerpo se desgasta excesivamente y aumenta la probabilidad de contraer
lesiones.
Existen algunas situaciones básicas que favorecen la falta y el exceso de adherencia. Estas son:
Falta
de adherencia:
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Algunos
ejemplos:
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1. Circunstancias
antecedentes específicas, en cuya presencia sea más probable la falta de
adherencia
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Llegar tarde porque en la primera ½ hora del
entrenamiento, se llevan a cabo los ejercicios para fortalecer el físico.
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2. Es probable
que proporcione algún tipo de consecuencia gratificante.
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No llegar al entrenamiento los jueves porque si se queda en casa, podrá ver
su programa favorito.
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3. Que la
adherencia no proporcione consecuencias gratificantes.
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Que no vayan a entrenar porque se aburren, no aprenden y
el entrenamiento es monótono.
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4. Que resulte
aversivo.
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Que no vayan porque el entrenador les grita, o porque sus compañeros le
hacen burla.
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5. Decremento en
la motivación básica y creencias y actitudes personales que los predispongan
a no cumplir.
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Que no acudan porque consideran que rinden igual si van o
no, o porque “ya saben todo lo que deberían de aprender”.
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6. Aprendizaje
de forma vicaria, por observación e imitación.
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Que existan deportistas significativos en el equipo, los cuales no
cumplan y se les premie o no se les castigue por ello.
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Exceso de adherencia:
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Algunos
ejemplos:
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1. Control de situaciones
de Estrés.
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El deportista considera que si entrena fuerte una última vez, antes de
la competencia, podrá poner a punto las habilidades necesarias, y rendirá
mejor en el partido.
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2. Motivación
incontrolada.
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El atleta desea rendir adecuadamente y satisfacer las
expectativas propias y de los demás por lo que realiza conductas obsesivo-
compulsivas para controlar la situación.
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3. Reforzamiento
del exceso.
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Se trata de personas vulnerables para las conductas de exceso, donde la
adherencia es su principal fuente de
percepción de control y gratificación. Aquel deportista que sobre entrena y es
elevado por su entrenador, por esforzarse más que el resto.
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Para aliviar estas situaciones, el primer paso consiste en
identificar con claridad que es lo que está pasando y por qué. Aclaremos que en
muchas ocasiones, los deportistas no habían tenido antes acercamientos a las
tareas solicitadas (como acudir a una sesión psicológica), por lo que brindar
información adecuada y concisa sobre las demandas, puede modificar de forma
radical la visión que se tiene de dichas conductas.
Seguido a esto, la participación del entrenador, resulta
fundamental para que desde el inicio, el deportista perciba que acudir al entrenamiento
o a las sesiones complementarias es importante para mejorar su rendimiento a
mediano y largo plazo. Además, su actuación en la planificación del entrenamiento,
es clave para que los deportistas se sientan implicados en el deporte, les dé
gusto asistir y tomen los ejercicios como retos constantes pero alcanzables,
donde pueden controlar su conducta para lograrlo. También debe trabajar para que los ejercicios que plantea no
provoquen más estrés del que los deportistas son capaces de manejar, donde medie la novedad, dificultad y esfuerzo demandado,
así como realice un planteamiento de exigencias progresivas y una correcta evaluación
del rendimiento.
Así mismo recordemos que debemos formar hábitos favorables
tras la práctica deportiva, por lo que fomentar la puntualidad y asistencia no
debe de hacerse a un lado.
Por último pero no menos importante, el entrenador debe de
ser congruente con lo que exige a sus deportistas, ya que no puede pedir adherencia
si él no es el primer ejemplo de ello, o si refuerza conductas de no adherencia
simplemente para que las “estrellas” del equipo no se vayan.